Los chiles italianos son una explosión de color y sabor, cultivados con pasión en las tierras del Lacio, Apulia, Calabria y Sicilia, donde encuentran las condiciones perfectas para desarrollar su intenso sabor. Disponibles todo el año gracias a las distintas variedades, desde los pequeños chiles de racimo calabreses (de marzo a noviembre) hasta los redondos Trottolino (de agosto a octubre), pasando por los de temporada Pimants Thai Dragon y Habanero, ofrecen una amplia gama de intensidades y aromas.
Ricos en vitaminas y valiosos para la circulación sanguínea, los chiles se pueden disfrutar en aceite, crudos o como condimento en una sartén. Este ingrediente esencial de la cocina mediterránea confiere carácter a todos los platos, al tiempo que celebra los sabores exóticos e internacionales.